Asier Aranguren y Aitor Merino son amigos de la infancia pero una detención los separó; la de Asier. Lo detuvieron cerca de París, apresándolo en una carcel francesa por pertenecer a la banda terrorista E.T.A. Tras cumplir una condena de ocho años, sale para reencontrarse con los suyos y con un mundo diferente, más evolucionado. Aitor Merino, su amigo, realiza esta película para dar a conocer la relación entre ambos, y mostrar tanto a sus compañeros de Madrid como al mundo, cómo es Asier Aranguren.
Una amistad tan leal y de corazón, que ni siquiera la racionalidad permite que se rompa. Aitor, de ahora en adelante Merino, escarva en lo más profundo de su amigo para tratar de mostrar un perfil exacto de él. Descubre que su amigo no es el mismo, que cada uno ha tomado un camino diferente, que sus posturas ideológicas son totalmente dispares.
Asier, que acepta la pertenencia a la banda armada y que lleva sobre sí mismo todos y cada uno de los atentados cometidos por el grupo terrorista, defiende la autodeterminación del país vasco, y para ello, tiene claro cual es el medio: E.T.A político-militar. Merino en cambio, siente que ese no es el camino. Que lo que se debería de hacer es erradicar el terrorismo para poder así llegar a un acuerdo basado tanto en el diálogo como en la negociación.
Esta disparidad de opiniones, y el contraste de la humanidad de un supuesto terrorista, ponen encima de la mesa una reflexión muy interesante. A decir verdad, yo todavía tengo pendiente ese debate, ya que fuí solo al cine y le estaba dando bastantes vueltas mientras pasaban los créditos.
Para todos aquellos euskaldunes, vascos, hijos de vuestras amatxus o que os interese el conflicto vasco-español, es una película que deberíais ver.
Y si lo habéis hecho, me invitáis a un café/té y reflexionamos.
Por cierto, la realización del documental se podría definir como amateur, ya que está grabado con una videocámara doméstica. En este caso, lo importante es el contenido, no el continente.
5,5/10
